
Muchos de los “líderes” a los que más se les admira es a los tecnológicos. Steve Jobs casi es considerado una suerte de iluminado. Grandes gerentes que se han convertido en portavoces de nuevos valores y éticas de vida.
Diferenciar un líder de un líder manipulador es difícil por estos días porque no logramos distinguir porque de pronto usan nuestras emociones para impulsarnos a comprar o a darles dinero. Los discursos persuasivos que usan son para ello precisamente. Entre más persuasivos sean más efectivos son.
La manipulación no admite opiniones de la audiencia o sus talentos. Están impulsados por la avaricia. Ocultan la verdad y hablan de su verdad. Todo con tal “sacar” algo. Vuelven a sus seguidores en contra de otras personas que no piensan como ellos. Eso no es liderazgo, es manipulación.
Un gran líder respeta diferencias. Mueve cielo y tierra para que todos salgamos ganando. Respeta a todas las personas por lo que son aunque sepa en el fondo que están equivocadas, él las escucha, las tolera y jamás le dirá a alguien que le pegue a otro por hacer valer su punto de vista porque es honesto.
Si tú quieres en verdad ser un líder. Busca dentro de ti, tus motivaciones porque nadie quiere ser un manipulador. Los grandes líderes, aunque a veces fallan, hacen un largo examen de conciencia para rectificar sus errores.
Ser un líder es difícil y más en la actualidad. No mucha gente se atreve, pero uno sabe que cuando encuentra a una persona que te inspira a ser mejor, uno lo sigue hasta el fin.